fruta prohibida,
manjar que deleita
mis ansias dormidas.
Siguen siendo tus labios
un ligero caudal,
que al mercer de sus aguas
quisiera abrazar.
Siguen siendo tus labios
una cálida hoguera.
que al calor de sus brasas
calentarme quisiera.
Siguen siendo tus labios
un lecho de amor,
dónde mis labios descansan
sintiendo su calor.
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