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UNA ROSA Y UN CLAVEL
Yo formé un jardín un día
al que con esmero cuidé,
tu fuiste mi linda rosa
tu hermano, un gran clavel.
De jardinera ejercía
siempre con dedicación,
eran mis flores tesoros
mis hijos del corazón.
Desde pequeños guiando
intentando tutelar,
para no tronchar sus ramas
en tan largo caminar.
Mi clavel creció con fuerza
un hombre ha sabido ser,
su tronco es fortaleza
el hijo de mi querer.
Mi rosa, de terciopelo
sin espinas su niñez,
delicada, hermosa y coqueta
mi hija, es todo honradez.
A mi jardín con sus flores
aboné con gran amor,
con cariño lo he regado
y abrigado con calor.
Semillas irán saliendo
y el jardín, más crecerá,
siempre cuidaré mis flores
mi amor, no les faltará...
