Sentada frente al espejo

Sentada frente al espejo
mirando su desnudez,
mirando dentro de su alma
¡solo vé a una mujer!.

Sentada frente al espejo
ese cuerpo ya no es,
el que terso enardecía
y era hermoso a la vez.

Ya no estiliza su pecho
su cintura ya se fue
la piel que fue terciopelo
se arruga una y otra vez.

Su cara que enamorara
de una belleza sin fin,
hoy se torna ya marchita
y se apaga el sonreír.

Dónde está ese cuerpo joven
dónde se dejó perder,
dónde encontró tantos años
que lo llevan a envejecer.

Dejo

Dejo pasar los días
anclar el tiempo
dormir las horas.

Dejo que sea el sueño
que entre tinieblas
me embargue a mí.

Dejo que en la espesura
la negra noche
se heche a dormir.

Dejo que mi cordura
se haga locura
pensando en ti.

Dejo que así transcurra
mi pobre vida
y mi existir.

Dejo a mi abandono
mi cuerpo vaga
siento morir.

Amor entregado

Deslizas tus manos
sobre mi piel,
desfoga tus ansias
tu hambre, tu sed.

Entrelaza con fuego
y en mi boca desboca,
tu lengua que juega
se enreda y provoca.

Mi vientre desnudo
ansia tus manos,
que en pechos menudos
acaban jugando.

Mi cuerpo se abre
recibe ardiente,
tu cuerpo fogoso
me invade paciente.

La música suena
el ritmo acontece,
al suave movimiento
que un baile parece.

Mi cuerpo es tomado
con ansia, saciado,
de un juego que amando
los dos disfrutamos.

Niño mio

Abultado vientre
de amor engendrado,
germina incipiente
un cuerpo sagrado.

La espera... es espera
las horas, los días
los meses pacientes
traerán tu alegría.

De noche mis sueños
dibujan tu rostro,
carita de luna
tu amor me enamora.

Ojitos redondos
dorado tu pelo,
un mar por mirada
semejan tus ojos.

El tiempo transcurre
contando la espera,
de los nueve meses
que son mi quimera.

Escucho tu llanto
te acojo en mis brazos,
ya estás niño mio
sobre mi regazo.