Llena de primavera
mis días de otoño
y convierte el invierno
en eterno verano.
Sé del rosal la flor
sin espinas que duelan,
la paz del agua serena
sin remolinos que ahogan.
Se fragancia en el perfume
el olor del azahar,
sé las gotas del rocío
cuándo el día va a empezar.
Sé camino en mis pisadas
y mi amigo al caminar,
sé la llama que encendida
mi sueño quiera velar.
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