Sentada frente al espejo
mirando su desnudez,
mirando dentro de su alma
¡solo vé a una mujer!.
Sentada frente al espejo
ese cuerpo ya no es,
el que terso enardecía
y era hermoso a la vez.
Ya no estiliza su pecho
su cintura ya se fue
la piel que fue terciopelo
se arruga una y otra vez.
Su cara que enamorara
de una belleza sin fin,
hoy se torna ya marchita
y se apaga el sonreír.
Dónde está ese cuerpo joven
dónde se dejó perder,
dónde encontró tantos años
que lo llevan a envejecer.
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