sábado, 7 de agosto de 2010

Al baiben de su mecedora


Al compás de ese baiben
que marca la mecedora,
ella teje su labor
sin tener fecha ni hora.

El tiempo ya se paró
las prisas, ya son esperas,
es tan lento su reloj
y tan larga su carrera.

Mientras su mano tejiendo,
su mente vagando va,
buscando por los rincones
momentos que recordar.




Quien pudiera hechar el ancla
y volver la vista atrás,
aquellos años mocitos
que tan lejos quedan ya.

A solas en su mecedora
al baiben de su compás,
la vida le dejó recuerdos
que el tiempo no le quitará.

1 comentario:

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Yo voy y vengo, al vaivén de la incertidumbre...

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